Organizar un viaje internacional puede ser una tarea llena de felicidad en torno a la expectativa de explorar nuevas culturas, paisajes, actividades, comidas, lugares y personas. Sin embargo, hacer este proceso por primera vez para un bebé menor de un año, hace que la felicidad se sienta más cercana a la ansiedad e inclusive frustración, debido a que, si como padres nos ha tomado tiempo encontrar formas de entretener, alimentar y en general de cuidar a nuestro bebé en un entorno conocido, pensar en resolver estos aspectos en poco tiempo sin conocer como lo abordaremos es simplemente un reto.
Y este, al igual que muchos de los otros retos que afrontamos como padres se debe asumir con las tres P: Planeacion, Practicidad y Paciencia.
Planeación: La primera tarea serán los trámites de pasaporte y de visa. Ya habiendo pasado por proceso burocrático puedes dedicarte a buscar información de la cultura y el lugar donde van a estar, conoce qué tipo de oferta comercial tiene sobre temas como pañales, comidas, fruta y leche, farmacias, actividades familiares sugeridas y sus costos. Planifica los aspectos básicos como alimentación y alojamiento (un plan mochilero o de camping puede no ser la mejor opción en este momento). Luego planea actividades opcionales familiares y finalmente planea las contingencias que puedan presentar. No olvides alistar en el equipaje la documentación para la salida del país, vacunas, seguros tarjetas y dinero en efectivo. Toma decisión sobre llevar coche, silla para carro, pañalera, botiquín, pañales y leche. Has una visita al pediatra la semana anterior al viaje y pídele consejos. Revisa las indicaciones del vuelo. No dejes para hacer el equipaje el día anterior y trata de descansar.
Practicidad: Aunque llevemos meses planeando este emocionante viaje… afronta la realidad: algo se va a salir del plan. Así que como padres debemos ser muy prácticos y flexibles en la solución de inconvenientes o simplemente aquellos aspectos que no podemos controlar. Que si se retrasó el avión en salir y tenías planeado que durmiera en el vuelo… ¡cambio de planes!… el bebé comerá durante el vuelo. Que el bebé se quedó dormido y nos quedamos del Tour… ¡cambio de planes!… hoy vamos a la piscina y mañana vemos si vamos al Tour. Que planeamos cenar en el restaurante de moda pero el ruido es muy fuerte… ¡cambio de planes!… vamos a cenar en la playa. La clave es no amargarse si no sale todo perfecto.
Paciencia: La adrenalina y emoción del viaje nos puede facilitar una buena dosis de paciencia y positivismo al comienzo del viaje, pero cuando pasen los días y las cosas no salgan tan perfectas, la paciencia se irá agotando y en algún momento nos preguntaremos… ¿Por qué si son mis vacaciones estoy más cansado que cuando estoy trabajando? No desfallezcas, siempre ten presente que esos cacheticos rosados y felices por estar con sus padres en un entorno totalmente nuevo para ser explorado serán toda la retribución necesaria para saber que todo el esfuerzo por un viaje feliz valió la pena.
Recent Comments